Para
inaugurar mi contribución a nuestro blog he elegido reseñar la trilogía de E.L.
James que se encuentra en el origen de nuestra unión, con ocasión del estreno
de la adaptación cinematográfica de la primera de las novelas de la saga.
En
ellas se narra una historia de amor, clásica en muchos aspectos, chico duro, guapo y millonario cautiva a chica
dulce e inexperta y atípica en otros. Y son precisamente estos componentes
diferentes en los que radica su originalidad. Personalmente he de reconocerle
el mérito de acercarme a un mundo, el de la dominación o BDSM, desconocido
hasta ese momento para mí y frente al que tuve una inicial reacción de rechazo
por su aparente cercanía con el maltrato o la violencia de género. Y fue precisamente
la voluntariedad de la hipotética relación dominante-sumiso, articulada a
través del contrato ofrecido por el protagonista a la joven, lo que, quizás por
deformación profesional, me permitió verlo con nuevos ojos.
Por
ello la primera de las novelas es, a mi juicio, la mejor pero también la más
dura, la segunda sería la más densa y la tercera quizás resulte innecesaria. No
obstante me parecieron especialmente interesantes sus últimas páginas en las
que se narra de nuevo el inicio de la
historia, visto en esta ocasión desde los ojos del protagonista. Y resultan
llamativas las diferencias de enfoque entre ambas miradas. Quizás la historia
hubiera resultado más rica si el enfoque dual se hubiera mantenido a lo largo y
ancho de la trama.
Me
ha gustado la versión cinematográfica aunque, como cabía esperar, resulta pobre
en relación con el libro y no necesariamente refleja la imagen que cada lector
se ha compuesto de los personajes. En
todo caso cabe destacar la actuación de la protagonista que reproduce fielmente
las diversas facetas del personaje de Anastasia Steele.
No hay comentarios:
Publicar un comentario