Este libro
hace unos meses que lo leí y, aunque no cuente una historia con un enfoque
puramente comercial particularmente me ha hecho reflexionar sobre el choque intergeneracional.
……
Está contada
por alguien cercano a Nora…..Es un
homenaje a todas las personas que se atrevieron en tiempos difíciles a cambiar
las tornas, a reclamar su derecho a elegir pesara a quien pesara. La escritora
nos descubre la realidad encontrada por la protagonista, llena de prejuicios, apariencias, carencias. Le toca vivir una vida
“dura” donde no caben ni las elecciones ni sueños de los hijos…. Se trata de una experiencia vital, bien cosida, elegida y
bregada por la protagonista…. la
atrevida Nora.
….Contextualizando el momento del inicio de la historia del libro se localiza
entre finales de los 40 y principios de los 50 en España. Tras la Guerra Civil finalizada en
el 39, las familias están “funcionando” formadas y reordenadas con pedacitos de
otras que andan cojas de figura paternal. La mujeres ya sea con o sin hijos
tienen una papel estelar en la recuperación del desolado país.. Muchas
“solteras” –que han “enviudado” del novio fallecido en la guerra- , han quedado
sin proyecto familiar propio y les toca ejercer el “puesto de trabajo” de “tías”. Viven con la familia de sus hermanos como
segundas madres que “ayudan” a criar a
los sobrinos…no es momento de elecciones ni de “tonterías”…y el regalo
es vivir acompañada a la par que deslomada. Es momento de ser pragmático por
necesidad. Las viudas con hijos pequeños se han “arrimado “a “ hombres”… porque
quieren creer que su vida será más soportable y podrán medrar……, ….y el amor sencillamente cuenta poco o nada. La
autorrealización personal, cuando se tiene el estómago vacío carece de toda
trascendencia. Han tratado de “ atar”
esa “conveniente unión” con nuevos hijos que la mujer “da” a su “nuevo hombre”
para “su satisfacción, -la de él-”. En este contexto se generan en ocasiones tratos discriminatorios por parte de los padres respecto
de sus hijos e hijastros…. que ven como un “lastre” al hijastro al que “si es menester” uno tiene la potestad de
castigar física y moralmente sin
contemplaciones . En consecuencia la
desconfianza y la enemistad fraternal está a su vez servida en plato frío. …Más
mujeres de las que hubiésemos creído soportaban
vejaciones, palizas y violaciones del “hombre”…pero “entienden que hay que aguantar
“…porque es peor “no tener nada”. ... Las
familias además vienen cargadas de hijos….tan “necesarios para garantizar la
continuidad de la especie humana tras la guerra como para contribuir en la economía de familiar”…. Es el
momento en que “para conseguir “tener alguna propiedad…algún terreno de
cultivo y animales con tal de no pasar hambre “ hay que
adiestrar a los hijos con “disciplina
“ y si no “jarabe de palo” ….evitando “que se descarríen” para que “sean seres de provecho el día de mañana”.
…y las confianzas entre esos padres, esos hijos y esos hermanos pues las justas…por
lo que el tuteo de hijos a padres es pecado mortal.
Nora es la
única chica de varios hermanos con la apariencia de chica bien que crece en un ambiente rural de provincia. Sus padres, la
madre sobretodo, concibe que los hijos son
“una propiedad más “. Entiende que para “preservar su riqueza y garantizar su
continuidad en las generaciones venideras
es necesario “imponer” una cultura “castrante”, sin importar mucho o
nada las formas, los sentimientos, o la forma de pensar de los hijos". Y todo ello,
sencilla y llanamente porque había visto la verdadera cara, de la miseria y
compañía ..sencillamente estaba convencida de que hacía lo correcto. Esta
cultura posesiva maternal tiene un papel determinante en “la decisión,
rompedora de Nora”. La madre pretende
que se case con alguien “bien visto por ella”….y si no, sencillamente que quede
“sumida” bajo su “control y custodia “ para que sirva de cuidadora oficial de sus
padres. En cambio sus hermanos, ya hacían bastante casándose con chicas del
agrado familiar, engendrando hijos y administrando “a perpetuidad” el
latifundio generado por su padre. Harta
de las ataduras Nora toma su decisión de
noche para preservar su integridad y no
ser vista por la familia. Con sus ataduras arrancadas decide marchar con lo único que quiere
mantener, su ropa. Se va a una pequeña ciudad de provincia partiendo de cero. Se
abre paso con determinación, eligiendo con quien quiere estar, donde quiere vivir,
cómo quiere vestir, cómo tiene que pensar y cómo se debe formar. Es una
auténtica estratega, con olfato comercial. Tiene miedo pero decide vivir en
constante reto. Elige ser una mujer “modificadora de las conductas sociales
dogmáticas que ella había aprendido” y que “ya no servían “……porque
sencillamente y por suerte el contexto ya cambiaba con los años…las soluciones
y las herramientas tenían que ser otras. Iban quedándose atrás el lastre de la
guerra y del hambre. Quizá ya no era tan importante tener tierras para llenar
el estómago porque el sustento estaba más asegurado. La atención se desvía y cambia. Es más
enriquecedor seguir trabajando duro para formarse, para “prosperar”….en la
ciudad porque hay más medios que permiten ampliar la mente y la perspectiva. Es
el momento en que se producen los flujos migratorios hacia la ciudad. Es el momento en que los salarios son tan
bajos en la jornada de 7 a 15 horas que si uno no se busca otro trabajo
complementario por la tarde no puede acceder a comprarse por ejemplo una
moto para poder desplazarse. Nace y se desarrolla en ese época para nuestra
desgracia la cultura del trabajo a
jornada partida….escasa en los países de nuestro alrededor pero que 60 años más
tarde en nuestro país sigue
manteniéndose paradójicamente sabiendo perfectamente que no conlleva una mayor productividad……
Algo de
sentido tenía la conducta de la madre por la experiencia vital de la
devastadora guerra civil vivida en sus carnes…sencillamente, no quería pasar
hambre, quería vivir.
Algo de
sentido tenía la conducta de Nora que sencillamente quería “ser”, que no es lo
mismo que vivir.
Ambas fueron
verdaderas “arquitectas familiares” del momento histórico por el que les tocó
pasar.
Lo pongo en la lista. Después de tanta novela negra, un cambio no viene mal. No tenía ni idea de que iba. Gracias
ResponderEliminarGracias por la "super reseña". Si que parece in libro para ponerlo a la lista. Yo también llevo mucha novela negra a mis espaldas y puede ser como aire fresco en la lectura
ResponderEliminarPerfecto¡¡. lo que intento es no contar demasiado para no desvelar la trama.....aunque algo se me ha escapado...Francamente no era un libro que me llamara la atención pero es más profundo de lo que parece y me ha parecido que qué menos que dedicar unas líneas al esfuerzo de nuestros abuelos...que se partieron por dejarnos el mundo en mejores condiciones...de largo que lo hicieron.....
ResponderEliminarGenial Maribel, uno más a la cola; te lo has currado un montón
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