Hace casi dos meses os daba en este blog mis propuestas para leer en el verano. Entre los diversos libros que he leído, está la trilogía de Cesar Pérez Gellida "Versos, canciones y trocitos de carne". He decidido hacer la reseña como una unidad, ya que que creo que como tal hay que leerla.
La investigación del cruento
asesinato de una joven ecuatoriana que aparece junto a unos misteriosos versos
ocupa las primeras páginas de Memento
mori, el inicio de la trilogía Versos,
canciones y trocitos de carne y de la historia de un asesino enormemente narcisista
y peculiar: Augusto Ledesma. Pero para combatirlo, aparece su antagonista, el
inspector Ramiro Sancho, para el que los brutales crímenes se acabarán
convirtiendo en una completa obsesión.
Así, en un juego peligroso en el
que la música, la literatura y la violencia más pura se mezclan sin rubor,
estos personajes viajarán, no solo a través de la península, sino de toda
Europa, en un intento de saldar -cada cual a su manera- sus deudas consigo
mismos y con sus respectivos pasados.
Lo primero que llama la atención
de esta obra es el doble punto de vista que hay en ella. Aunque está narrada en
tercera persona, sigue paso a paso tanto al inspector que investiga el caso
como al asesino al que intenta atrapar. Es decir, que el lector conoce no solo
su nombre, sino sus motivaciones y su
personalidad, por lo que resulta mucho más fácil conocerle. Con toques de thriller, la acción se
desarrolla a un ritmo trepidante y mientras que todo lo que rodea al inspector
Sancho tiene un toque costumbrista muy logrado, el carácter, inteligencia y
determinación con la que Augusto Ledesma lleva a cabo sus crímenes sirve como
contraste y nos introduce en un mundo totalmente ajeno al nuestro. El hecho de
que todo ocurra en la ciudad de Valladolid también tiene su interés, ya que
siempre que se ambienta una de estas historias, las asociamos con el cine
norteamericano o al menos en grandes ciudades.
Además de estos dos personajes
principales, van surgiendo otros a lo largo de la trama, que lejos de ser
secundarios se convierten en tan principales como los protagonistas.
Ambientada a finales del año
2010, el autor divide la historia en una serie de capítulos cuyos títulos están
sacados de letras de canciones de Bunbury. Cada capítulo viene precedido por la
hora y el lugar donde ocurren los hechos que se narran; se recopilan los poemas
que va dejando el asesino y hay un listado de la banda sonora, un conjunto de
canciones que se “oyen” durante toda la novela. La música cobra una importancia
vital en esta historia, así como las grandes obras de la literatura universal. Las
explicaciones técnicas que siguen a buena parte de la investigación están bien
plasmadas y encajan bien. En muy pocas ocasiones te sacan de la historia,
aunque es cierto que si no fuera por el uso de notas a pie de página sería
fácil perderse en algún que otro tema.
Como en toda trilogía, es difícil
mantener la tensión y el interés al mismo nivel en los tres libros, por ello, si
tengo que ponerle un “pero”, sería que el segundo libro Dies irae, en mi opinión
es excesivamente extenso en la temática que expone y es fácil pensar en abandonar
su lectura, por eso animo a seguir leyendo hasta llegar al tercero, Consumatum est, que contiene la conclusión de toda la trama y
el desenlace.
En conclusión y siempre en mi
opinión, si te gusta la temática de la novela negra, te gustará Versos, canciones y trocitos de carne,
aunque en algunos momentos resulta ciertamente dura de leer.
Aquí os dejo el booktrailer
Hoy por fin he acabado de leer la trilogia de "versos, canciones y trocitos de carne".
ResponderEliminarEl nombre hace justicia a la obra ya que está repleta de poesia, además tiene banda sonora propia (una gran virtud que jamás había visto en un libro), y lo de "trocitos de carne" ya lo descubriréis...
Debo confesar que el primero (Menento mori) me cautivó. Es la primera novela negra en la que desde el primer momento sabes quién es el asesino y no por ello pierde interés. Todo lo contrario.
Como bien dice la reseña, el segundo libro (Dies irae) proporciona en sus primeras páginas una extensa opinión sobre el conflicto de los Balcanes, que da ganas de abandonar la lectura. NO LO HAGÁIS!!! Si es necesario saltaos las 100 primeras páginas porque lo mejor está por llegar.
En el tercer volúmen (consumatum est) la historia te vuelve a enganchar y el desenlace es el meritorio colofón a una saga de novela negra que no te dejará indiferente.
Había decidido no leer los otros dos, leí en primero, pero después de leer tú reseña,que es magnífica, cada vez más animadas, no dudo en que los tengo que leer.
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