La noche soñada fue galardonada con el Premio Primavera de Novela  en el 2014.  Me habían dado buenas referencias y me apeteció escribir la reseña del libro.  La historia se inicia de una forma para mi gusto algo lenta y hasta más de la mitad del libro no alcanza un cierto ritmo atrapando entonces la atención lectora de forma absoluta. Justo, tiene 12 años y  vive en un entorno familiar de provincias, de vida sencilla en un pueblo catalán donde las  costumbres  tácitas se encargan de mantener un orden lógico, el de siempre, el conveniente en las relaciones personales …..o no.  Una experiencia vital compartida y sufrida en silencio  por  Justo y su madre hace que ambos desarrollen una complicidad envidiable para siempre. Justo decide ser artífice de la felicidad propia y de paso de todos sus  allegados tanto los queridos como los temidos tomando el timón de su propia vida.  Tal decisión   provocará mantener una creencia durante gran parte de su vida. Para alcanzar la felicidad Justo urde un plan  que se fragua  el mismo día en que se espera la visita en el  pueblo a la mismísima Ava Gardner. La expectación cargada de grandes dosis de imaginación está servida. Nada es lo que parece y los protagonistas de la historia  acaban siendo eclipsados y engullidos por actores de segunda, que juegan en primera división algunos involuntariamente y otros intencionadamente. Después de  la noche de la “Gardner” las piezas de la maquinaria del reloj en la vida de Justo empiezan a funcionar  con una seguridad que hasta entonces no pudo conocer. Obstinadamente se empeña en captar y atrapar la fotografía perfecta de sus  sueños  aunque tras el revelado reconozca que el paisaje no acabe de tener los efectos e invitados esperados. Pasa la vida y Justo, como adulto, es un prestigioso fotógrafo de renombre internacional. Se reconoce a si mismo  como un testigo ocular de la vida, captador y coleccionista de  vivencias fotografiadas estigmatizado por el desarraigo  sufrido consecuencia del miedo vivido e interiorizado hasta el día de la noche soñada. Es precisamente en  esta etapa adulta cuando recibe una carta inesperada  que  le liberará de la creencia que hasta entonces se encargaba de boicotear cualquier compromiso personal con la vida por miedo seguramente a que el destino pudiera acabar tendiéndole una trampa… la misma que provocaba antaño el miedo paralizante del que quizá no fuera capaz de zafarse.