Este libro de Alejandro Palomas me ha gustado más que el anterior que leí de este autor, El tiempo que nos une.
La historia de un niño, Guille, aparentemente feliz e introvertido que esconde en su interior un tremendo secreto, le gusta la lectura y tiene mucha imaginación, solo tiene una amiga a la que sin saberlo ayudará para que su vida no sea un infierno.
Un niño frágil que lucha por mantener la esperanza que perdió su padre cuando su madre murió.
Su profesora intrigada por las ilusiones que tiene Guille y la psicóloga del colegio, sustituta de la titular, se empeñan en poner en orden el enredo que tiene Guille en su cabeza.
Es una novela tierna, llena de sentimientos, casi me hace llorar.
Recomiendo su lectura.
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